La dieta Jerusalén figura entre las llamadas “dietas religiosas”, aquellas que combinan nutrición con una dosis de religión y que se pusieron de moda hace algunos años.
La dieta Jerusalén no es en realidad una dieta estricta, sino una serie de consejos y sugerencias sobre un estilo de vida más saludable para ayudarte a perder peso y a gozar de una mejor salud.
La dieta Jerusalén fue creada por un polémico ex pastor protestante llamado Ted Haggard, quien en su libro titulado “Jerusalem Diet”, plasmó una serie de consejos con los que logró adelgazar. Según se sabe, la dieta surgió luego de un viaje que hizo a Jerusalén, en el que decidió cambiar su estilo de vida para adelgazar y estar saludable.
Con la dieta Jerusalén se puede perder cerca de una libra a la semana, adoptando algunos cambios sencillos y paulatinos, pero efectivos a largo plazo. Esta dieta eseña también a practicar técnicas de visualización y de autoaceptación para tratar sobre el espíritu de las personas que la siguen.
Entre los interesantes consejos que la Dieta Jerusalén nos ofrece figuran los siguientes:
- Modifica la cultura de que “la comida es diversión y placer”. Si bien el autor reconoce que ama la comida y que esta proviene de Dios, señala que no debemos permitir que toda nuestra vida social gire alrededor de ella. No debemos utilizar la comida como forma de celebrar en todo momento, sin medida. En otras palabras, hay que desterrar la creencia de que “sin buena comida no hay fiesta”.
- ¡Aléjate de los extremos! Los extremos son negativos, es mejor la moderación y el equilibrio. Según Haggard es mejor comer de todo, pues cuando las personas se van al extremo de comer lo mínimo o hacen grandes cambios para adelgazar, acaban abandonando rápidamente sus propósitos, consiguiendo el efecto contrario. El autor recomienda comer las comidas favoritas sólo en ciertas ocasiones, o cuando haya de por medio un gran antojo.
- Súbete a la báscula todos los días. Pesarse todos los días es muy importante porque te ayuda a conocer tu peso promedio y a corregir de inmediato cualquier desviación o incremento, señala el autor.
- Conoce tu peso ideal. Es importante que conozcas cuál es tu peso ideal. Para ello hay muchas formas y fórmulas de saberlo, como por ejemplo calcular el IMC (Índice de Masa Corporal), que es una de las más conocidas.
- Ten cuidado con los “días gordos”. Así le llama el autor a los días en los que al pesarnos notamos que hemos aumentado bastante nuestro peso promedio. Para volver rápidamente a nuestro peso normal, recomienda hacer un tipo de ayuno que consiste en comer un día solamente frutas, verduras, nueces y semillas; beber solo agua y hacer ejercicio durante una hora.
- Mejora tus hábitos. Convencido de que la comida debe tener buen sabor o de lo contrario la dieta producirá rechazo, el autor de la dieta Jerusalén recomienda experimentar con recetas más sanas pero que resulten apetitosas, en lugar de consumir frituras o alimentos azucarados. Haggard aconseja comer las frutas y vegetales en diferentes formas, por ejemplo congeladas o bien preparadas en jugos o zumos.
Menú ejemplo de la Dieta Jerusalén
- Desayuno: huevos, frutas y yogur.
- Media mañana: frutas secas.
- Almuerzo: pollo con ensalada.
- Media tarde: zanahorias crudas y frutas secas.
- Cena: frutas frescas y secas, vegetales y semillas.
Fuente: dietas.com