por SHARLEE TRUJEQUE.
No cabe duda que las mieles del amor tienen fecha de expiración, y los famosos no se salvan de ello, ya que a veces Cupido lanza flechas caducadas.
Es el caso de la actriz venezolana Gaby Espino y el cantante cubano-americano Jencarlos Canela, ya que después de muchas especulaciones sobre todo por parte de la revista TVyNovelas, donde se dijo que ellos vivían separados y que su relación amorosa había terminado, finalmente dieron la cara a través de sus redes sociales confirmando la noticia de su ruptura por medio de un comunicado donde dicen lo siguiente:
Con una ruptura amorosa entre famosos siempre hay dimes y diretes,…obviamente el chisme de una supuesta infidelidad por parte de Jencarlos Canela circula en sitios como enelbrasero.com, donde afirman que el cantante tuvo sus «quereres» con una reportera de «Despierta América» de la televisora Univision.
«Radio Pasillo» en Univision arde con el chisme de que Jencarlos Canela está saliendo con una chica de nombre Gabriela Álvarez (ex-participante del reality show «Nuestra Belleza Latina»); incluso se dice que muchas personas son testigos de dicho romance, y afirman que los tortolitos poco a poco se fueron «enamorando» el uno del otro (¡zas! que gacho).
No cabe duda que Gaby Espino es una dama, ya que sin grandes aspavientos, dejó en claro su respeto por el padre de su hijo, y obvio Jencarlos también declara su amor y admiración por la madre de su retoño:
El romance entre Gaby y Jencarlos inició en el 2009 cuando protagonizaron «Más sabe el diablo» de la televisora Telemundo, y aunque en ese tiempo la actriz era una mujer casada y la diferencia de edades era notoria, el amor aparentemente había Ganado una batalla, pero ahora sus corazones laten en direcciones opuestas, y ni hablar, a fuerzas ni los zapatos entran.
De todos modos Gaby Espino luce guapísima, y aunque digan que «afortunada en el juego, desafortunada en el amor», no dudamos ni tantito de que hay una fila de prospectos que la amarán y la respetarán como la dama que es…aparte de que es una de las consentidas de su empresa Telemundo.
¡Zas!